Si no existieran aquellos amantes de la ciudad
aquellos que despiertan al sol para que amanezca
y amanecen barriendo las venas de la urbe,
si no existieran,
tendríamos las colillas de cigarros hasta los tobillos,
hasta la cintura,
hasta el cuello,
si no existieran,
no seriamos mas que mugre.
Constanza Cerda Gosselin