Ordenando mis recuerdos te encontré. En realidad, y como suele sucederme, buscaba otra cosa, Pero apareciste tu, tal cual como te había dejado no sé cuantos años atrás. Quizás te acompañaba algo más de polvo, pero casi ni lo noté. Por un momento quise saber si algún día, ordenando tus recuerdos me hubieras recordado como yo a ti. Pero no, ordenar era una de las tantas cosas que yo hacia con sonrisa, y tu, con desprecio. Me imagine enterrada bajo mil telarañas en alguno de tus cajones, Y no me sorprendió, cuando años después, hurgueteando tus cosas, encontré mi fotografía desteñida por el tiempo, carcomida por la soledad. Nunca te pregunte por qué me tenías tan descuidada siendo que yo a ti te guardaba con tanto cariño, no te pregunté, porque precisamente cuando voltie mi fotografía leí lo siguiente:
“los seres mas amados han de guardarse en los cajones menos trajinados, por eso es que te guardo aquí, para que puedas vivir tranquilamente, sin perturbaciones y en paz. Así no escucharas mis lamentos cada noche , en los que mas de un llanto se me escapa al sentirme en soledad, así, no veras que cada noche me dormía abrazando la almohada imaginando que eras tu, abrazándome a mi, así, no escucharías mi corazón latir a cada instante, por ti...”
Ese mismo día, tomé su fotografía, bien cuidada, y la puse en el sótano de mi casa, para que así, nunca mas escuchara mis oraciones en las que rogaba que algún día, quizás por acto divino, se volviese a enamorar de mi.
Desperté contigo a mi lado, tarde o temprano volveríamos a estar juntos, lástima que fuese tanto tiempo después, ya viejos, en otra tierra.
Constanza Cerda Gosselin
No hay comentarios:
Publicar un comentario