sábado, 30 de abril de 2011

Mis delirios de ciudad sin arreglos ...


Ciudad:
Entrar y sumergirse en la corriente acelerada de las masas.
Caminar evitando las junturas de los pastelones de las veredas, pateando las piedrecillas del camino, ignorando las basuras revueltas...
En verano, buscar las veredas con sombra, en invierno refugiarse bajo aleros, esconderse del viento tras las esquinas o quizás bajo un abrazo tibio, en noches de primavera el olor intenso de las flores , en días de otoño, el de las hojas húmedas bajo los pies...
Soportar las gentes ignorantes enceguecidas en si mismas, saberse inexistente para ellos.
Generar contacto de instantes con quienes se abren a ello, un intercambio de sonrisas, un saludo amable.
Seguir el ritmo que la ciudad le otorga al andar, un semáforo en rojo, un desnivel en el suelo , las masas de gente en sentido contrario, algo que llame la atención.

No conocer a nadie en el trayecto, perderse mirando el paisaje hormigonado con pequeños destellos verdosos que se van diluyendo con el tiempo.

Ciudad, inquieta y acelerada, de gentes que se ignoran, de gentes dormidas en su vació interior.
Ciudad seca, de suelos ardientes por el sol, de pies que patean las basuras del camino, de espacios abiertos rebosantes de gentes, de espacios cerrados, oscuros y solitarios.
Ciudad ruidosa y molesta, que no deja dormir en las noches , que grita sinsentidos, que alberga los gritos de todas las gentes , tantos que ninguno logro descifrar, aveces el canto de alguna pequeña ave me despega del cemento, imito su cantar como queriendo que me escuche, obviamente no lo hace, pero al menos quizás valore que alguien intente sus palabras descifrar.


Constanza Cerda Gosselin

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