Y entre tanto,
Dejaste de mirar a las personas a los ojos
dejaste de sonreír sin motivos
dejaste de pisar las posas de agua
dejaste de mirar al cielo
dejaste de mirarte a ti mismo
dejaste de mirar a los demás
Entre tanto, dejaste de caminar de la mano.
Dejaste de vivir.
Constanza Cerda
No hay comentarios:
Publicar un comentario