viernes, 31 de julio de 2015

Divorcio en cuatro patas

Era grande, de pelo negro,  patas flacas y largas, y una mirada irreverente.
Estaba recostado sobre el mantel de una de las señoras que se ponen en la feria a vender los artículos menos pensados, tomaba el sol del medio día muy cómodamente, mientras la señora le reclamaba:
"Córrete divorcio, córrete!, no ves que no dejas pasar?!!!"

Nunca había entendido porqué lo habían llamado así, hasta ese día. 
Se levantó, miró a su ahora ex señora, y se fue a vivir su vida de perros.


Constanza Cerda

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