Solo bastan unos cuantos segundos para una vez leídas esas pocas líneas se nos vengan a la mente millones de imágenes , ya sea el recuerdo del último aparato tecnológico adquirido o las fechas cercanas a navidad en que todos nos transformamos en prisioneros de un consumismo que prácticamente no tiene piedad de nadie que posea algunos pesos disponibles para gastar, en algo que muy probablemente no necesite.
Este es al punto que deseo llegar, por una parte es un hecho que vivímos en la sociedad de la tecnología, y que por ello ésta se nos hace prácticamente imprescindible para el diario vivir : celulares con cámara, computadores , notebooks, automóviles , mp3, mp4 , pendrives y un gran etc. de aparatos a los que vivímos esclavizados son pan de cada día , pero el problema es que nadie se detiene a pensar lo que significa que estas máquinas nos dominen : nuestro planeta, sin el cual no existiríamos y al que le debemos nuestra existencia ( tanto como individuos como humanidad) es el que está sufriendo las consecuencias de que se nos venga en gana fabricar elementos cada vez más complejos y cuya producción genera más residuos , menos reciclables, más difíciles y demorosos de degradar y cuyos desechos se acumulan desenfrenadamente en los mares y suelos.
Si fuésemos un poco más concientes de lo que la producción masiva de aparatos tecnológicos significa para nuestro planeta es lógico que optaríamos por medios más >>limpios<<>
La publicidad es la que se encarga de mostrarnos el lado B de "Bonito" de todo , no el lado B referente a lo no tan bueno o derechamente malo, está encada uno de nosotros el ser consumidores CONCIENTES y no dejarse llevar por eso que te dice que si no compras esto o aquello no eres nada , si no que apropiarse de lo que nos es realmente necesario y el resto dejárselo a los inocentes superficiales que compran todo lo que se les ofrece.
Esperemos que esta conciencia retarde el canto del cisne de nuestro mundo, y que nos demos cuenta ahora de que no necesitamos mucho para vivir en plenitud...
Constanza Cerda G.
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