domingo, 24 de febrero de 2008

Te persigue Te persigue


Supongamos un día normal :


Época de trabajo, suena el reloj antes de las siete de la mañana
Pones la Tv para ver las noticias mientras te vistes
¿qué ves? : una serie de entes aparentemente sonrientes que te habla como si fueras un imbécil y te dice con voz monótona y de falsa alegría : por la compra del dvd y el plasma te damos de regalo un año de bebida gratis y descuentos del 20% si compra con su tarjeta, bla bla bla...
Apagas el televisor con un dolor de cabeza casi imperceptible y una vez listo sales de tu casa en dirección al paradero más cercano
¿qué ves?: un auto pasar con una publicidad de alguna crema (o al menos eso supones , ves más cuerpos desnudos que el producto promocionado).
Te detienes en el paradero, no han pasado ni dos minutos desde que viste el aviso anterior y
¿qué ves?: publicidad en el paradero sobre la próxima teleserie , que sabes que será igual a todas las que ya has visto pero que sin embargo y por alguna extraña razón dice ser mejor
Luego de un buen rato estas parado en la micro luchando por tu metro cúbico y a demás de un sin fin de piernas, brazos, carteras y guaguas llorando...
¿qué ves?: Cómo pasan frente a tus ojos una tras otra esas gigantografías de colores llamativos que invitan a comprar tal o cual departamento, con imágenes de parejas de cuerpos esculturales en piscinas y familias albinas nada comunes en chile como para que irónicamente te sientas identificado, desvías la vista.
Llegas al metro, esuchas un concierto de Bip! luego de pasado tu turno de sonar bajas las escalas
¿qué ves? como del otro lado viene un metro tatuado de pies a cabeza con más de esa basura que no te deja respirar tranquilo.
Para peor cuando sales del metro , a demás de las palomas y del típico gris ...
¿qué ves? : edificios enteros vestidos con publicidad gritándote : cómpra!, micros con sus vidrios traseros diciendote : cómpra! , en el suelo pisas volantes publicitarios : cómpra! ; de soslayo alcanzas a vislumbrar un viejo pidiendo plata en una taza, un niño llorando; otro que te intenta vender parche curitas, al que repudias ( nosé porqué ) ;la gente corriendo de un lado a otro media enajenada; aceleras el paso porque sabes que te persigue ; te suda la frente y el vaho de tu boca parece durar más de lo necesario; se te nubla la mente : cómpra!, cómpra! ; te detienes, das media vuelta,corres sin aparente sentido, observas por unos segundos al viejo que pedía plata , no esperas un instante para sentarte a su lado y preguntarle: ¿para qué pide dinero?, a lo que el viejo te responde :
Para comprar hijo, para comprar.






Quebraste su taza al lanzarla lo más lejos que pudiste y antes de que pudiera decirte algo lo abrazaste como nunca antes habías abrazado a alguien



Y él te devolvió el abrazo. Lo necesitaba tanto como tu.




Constanza Cerda G.

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